Valor: determinación para enfrentarse a situaciones arriesgadas o difíciles.
Característica de los héroes. La semana pasada vimos que Spiderman resulta que es un hombre de 22 años, negro, y del que me atrevería a decir que está más habituado a arriesgar su vida que la mayoría de los que estamos aquí leyendo Dévé. Valor hay que tener para escalar 4 pisos en pleno París para rescatar a un niño; no sé decir si este valor es superior al que tuvo Mamoudou Gassama cuando decidió salir de Mali. Emigrar es una decisión valiente, aunque meditada; saltar a salvar a alguien es algo que ni te piensas. No te da tiempo a hacerlo. Por otro lado, no es lo mismo un acto valiente realizado para salvarse a uno mismo que para salvar a otros.
Yo me he alegrado de que su hecho heroico haya sido apreciado con algo más que un gracias.
El valor, la valentía, se desarrolla realizando actos de esa naturaleza. Y no con el objetivo de ser visto —los héroes salen bien en las fotos sin posar ni hacerse selfies—, sino por la causa mayor… que suele ser más profunda de lo que sabríamos mencionar en un principio. Personalmente incluyo entre los actos de valor el decidir cambiar (ojo, hay más), el comprometerse a liderarse a uno mismo, el aprender a hablar en público, el hacer un autoanálisis crítico, el arriesgar la comodidad por comprometerse con otra persona, o con una causa noble. El miedo es algo natural: yo he aprendido que no es cuestión de esperar a que el miedo desaparezca antes de emprender el camino, sino que es cuestión de ir, aunque sea con miedo. Con las herramientas y personas adecuadas cuando te quieres dar cuenta el miedo se ha quedado por el camino.
El tema de la valentía da para mucha más conversación. Daría para una serie, pero es mejor que leáis las series de artículos de estrategia, liderazgo y educación financiera. Dejadme decir, antes de cerrar, que no hace falta que diga que la valentía no es temeridad. El valor no es la búsqueda de sensación de euforia, o adrenalina.
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Portada: Jean Wimmerlin