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Hay un porcentaje de la población que quiere tener el poder de influir sobre los demás. Algunos estudios dicen que es el 10%, pero me atrevo a dudar de ese porcentaje cuando si buscas en Google “ser influencer”, la cantidad de consejos que te dan para hacerlo es apabullante. Entonces si vas en el transporte público puedes mirar alrededor y ver que de cada 10 personas al menos una querría tener el poder de influir en tus acciones. Para qué, ya es otra cuestión.
Hemos debido darnos cuenta del poder que tiene el poder (de influir), valga la redundancia y al parecer nos hemos vuelto locos. Como si fuera una segunda etapa de la leyenda del Dorado, solo que esta vez con internet, con la envidia de quienes logran la fama, y con un muy avispado mercado listo para sacar beneficios —hay que ser listo en esta vida—.
Abril comienza con una cuestión digna de debate, ante una causa que incluso amenaza con redefinir los límites del éxito y del fracaso en la vida, por no decir que ya está redefiniendo los citados límites para las empresas. Pero creo que, a pesar de la nueva tiranía o dictadura del hecho de ser influyente en Internet, los sentimientos que nos definen siempre permanecerán intactos. Y tendrá el mismo poder (o más) la persona que de forma espontánea te hace recuperar la fe en la humanidad por un gesto insólitamente amable que una persona que tiene miles de seguidores, de los cuales comprados son unos cuantos
Es legítimo querer ser influyente. Normalmente uno quiere tener poder para provocar (o inspirar) cambios a mejor en las acciones de otros. Está bien; es legítimo, por qué no ser más eficientes con el tiempo que tenemos. Al fin y al cabo, como decía Michael Jackson, “si quieres hacer del mundo un lugar mejor, primero mírate a ti mismo y provoca el cambio”. Cada uno puede comenzar un cambio decidiendo subir de nivel, o sea, mejorar a nivel personal y profesional con un objetivo.
Es la revista de estrategia, liderazgo, y estilo de vida. La leen las personas serias, que valoran su vida y su tiempo y son, por tanto, ambiciosas de un estilo de vida optimizado. Si estás aquí porque alguien te ha invitado, tienes una calurosa bienvenida: mantén a esa persona en tu vida porque te ha dado algo de mucho valor. Quédate. Deja de comiencen los buenos tiempos.
¿Qué hemos hecho en marzo? Varios DévéCafés, hemos dado la bienvenida una nueva sección, Familia, y nuestro primer evento: Madrid desde sus tejados y azoteas, con una gran y cariñosa acogida. Para abril, tenemos eventos y encuentros para los socios del Club Dévé