La obsesión con el hygge es real y legítima.
Cuando un término adquiere un nuevo nombre, y éste es en inglés, suele ganar credibilidad; como si fuera superior al mismo en español. En base a eso los gurús del marketing* han relanzado centenas de productos. Y bien que han hecho.
¿Qué haríamos sin el fitness, sin el running y el kickboxing? Ya te lo digo: yo estaría más gorda. Ejercicio físico suena a educación física y educación física suena el test de Cooper, desencadenante de tanto drama. Correr suena a correr sin un objetivo en especial; con el running preparas hasta maratones y te metes en grupo de running que te matan. Pero te gusta, y repites. Boxeo es excluyente; kickboxing es lo que he hecho esta mañana, y es genial.
Más allá, palabras en japonés, en francés, en danés: un día llegó un experto —alguien que sabía un 20% más que el 80% de nosotros— y dijo que en Dinamarca la gente es muy feliz por el concepto de hygge*. Ikea, consciente de la obsesión que generaría el hygge, envió una orden a los fabricantes de velas de China. Y tras Ikea, un conjunto de tiendas. Y por si no fuera suficiente, Instagram puso el broche de oro. El hygge en 2019 es una especia de El Dorado emocional de a los estresados de ciudad. Con esto del hygge, sobre todo en otoño, se ve gente comprando velas y cojines por encima de sus posibilidades.
Estamos de acuerdo en que la casa es uno de los pocos lugares donde se espera estar en total tranquilidad —hasta que los de arriba hacen ruido—. También en que el hogar se crea, y una casa sin más no es un hogar. Nos conviene, por otro lado, no obsesionarnos: hay que decorar la casa y hay que ordenar la vida, siempre que el enfoque en el destino no anule la capacidad de disfrutar del viaje. Vivimos en una sociedad obsesionada con ir lo más rápido posible y en ser capaces de calmarnos en 10 segundos. Pero no es así. La calma se dará en casa primero si se da en la cabeza.
No hay que obsesionarse con el hygge, con el yoga o con otros.
A veces, con no hacer nada, vale. Porque la idea es tener el control sobre tu vida.
Te invito a que pares un rato y hagas un repaso a lo que hemos estado hablando durante este mes. Hemos hecho una llamada a la serenidad.
Ahora mismo, lo urgente es ir más despacio
¿Por qué te tienes que agobiar?
Una de las causas de estrés laboral y personal es el no saber cómo lidiar con una situación chocante que te sobreviene en ese momento, bien sea con compañeros, con superiores, o con familiares. Si Dévé te ha servido hasta ahora, quédate y por favor apóyanos con tu patrocinio. Queremos mantenernos y seguir siendo un medio independiente que ayude a construir una vida elegante, exitosa y agradable. Patrocina Dévé aquí . Gracias.