Ayer en Power Networking hablamos de la confianza en tiempos de inseguridad. Comencé advirtiendo que no esperaran de mí el discurso motivador de orador motivado, porque ante todo, me parecía una frivolidad hacer algo semejante. Sin embargo, que sí esperaran contar con ideas y recursos que les aportaran objetividad. Porque en momentos de inseguridad creo que el ganar confianza va de la mano de la objetividad. Ojo, la confianza no necesariamente va ligada al placer.
Añadi que no esperaran de mí consejos en plan «haz esto». Porque la vida es tan compleja como fascinante, y antes de dar un consejo es vital tener una cantidad de información —que para llegar a ella probablemente haya que indagar más, en lo dicho y en lo no dicho, pero que permita ser más objetivos—. Sin embargo, como el tiempo era limitado, iba a presentar cosas que se pueden hacer que funcionan, y que se pueden tener en cuanta (o no) para la inquietud del momento.
Pero ahora más que nunca creo en la objetividad. O sea, en salir de la propia cabeza e informarse de que hay vida más allá del estrés de no saber qué hacer. Y quizá llegar a la conclusión de decidir si tu forma actual de ver el mundo te ayuda o no. Y vida más allá de enervarse y vivir en agobio no reconocido/no confesado. De ahí que abogue por rodearse de gente, medios, actividades, hábitos que lleven a una perspectiva más amplia. Porque vale la pena, y además, la vida es demasiado corta como para dejarla ir arrastrándose por limitarse en los pensamientos.
Dicho esto, me gustaría presentar principios de la objetividad:
1- Siempre hay algo que no te va a gustar/te va a incomodar. Aceptarlo ayuda a vivir en paz interna.
2- La gente suele comportarse esencialmente de forma parecida, aunque cada uno sea único.
3- Se puede controlar la actitud individual, la gente a la que nos juntamos y la respuesta individual, aunque no siempre se puede controlar el resultado de las actitudes.
Dicho esto, estamos en verano. Y hay que beber agua. Y leer Dévé, el medio de referencia en estrategia, liderazgo y estilo de vida. Entre todas las razones, porque un día tu yo del futuro puede agradecerte una buena decisión tomada hoy tras haber bebido un vaso de agua y haber leído uno de los artículos.