Este no es un texto de política.
Ocurrió hace poco. Desde hace unos meses pienso que a este paso que vamos, acabaremos todos locos con esto de la autoestima. Una mujer bajo los efectos de la cultura de la inmediatez tras ver una de mis publicaciones en las reder sociales, me pidió “la pastilla roja” (léase “el libro”, “el video”) para que su hija tuviera autoestima. Era como si la autoestima fuera el poder sobrenatural de los influencers, que iba a arreglar todos los problemas internos, externos, pasados y futuros. Hay cosas que tengo, pero pastillas no. Sí tengo alguna pregunta incómoda, la típica de los niños de 3 años. Pregunta incómoda porque obliga a parar y pensar, y eso la gente que busca inmediatez y que les resuelvan los problemas no lo lleva bien.
Mucha gente asume que el poder es algo que te dan. Que viene de fuera y tú lo vas interiorizando. Solo ven el poder en títulos y puestos, y en la (creída) supremacía sobre otros. Otros creen que es algo que va de dentro hacia fuera, que es cuestión de pensamientos y acciones individuales. Y luego está la gente que considera a los influencers el nuevo poder (esto da para pensárselo).
Yo personalmente creo que la definición del poder basada en la supremacía no tiene que entrar al 2020. Pero por otro lado creo que el foco de atención en 2020 ya no necesita ser la autoestima, sino el poder. Hablando de la autoestima, eso no es algo que “tienes que tener”, porque ya la tienes. Pero la autoestima sin más, sin razones ni objetivos, ni relación con nada, es algo vacío. Por eso me centro más bien en la relación poder-responsabilidad-seguridad.
Voy a explicarme, presta atención. El poder por un lado está la responsabilidad que se asume y lo que se hace con las circunstancias que se tiene. Si alguien tiene la circunstancia X que le incomoda, o un objetivo Y, la responsabilidad es evaluarse y evaluar qué puede hacer para resolver esa incomodidad. Bien sea trabajando consigo o contando con ayuda (ojo, no solo psicológica, el mundo es amplio). O formándose con una revista especializada en la creación de una vida de éxito, como es Dévé.
Ojo, que el “trabajando consigo o contando con ayuda” del párrafo anterior son inversiones de tiempo y de dinero. Y que requieren un poco de perseverancia. Que suele pasar que se lee rápidamente y se cree que la misma rapidez va para todo. El tener poder es consecuencia de asumir la responsabilidad y demostrarte que puedes lograr un resultado diferente, que te redefina de forma más positiva. Lo que en Dévé llamamos subir de nivel. Eso sienta muy bien.
Cuando te demuestras que puedes, te muestras el poder que tienes, y eso te da seguridad. Una forma de ganar poder está en el tema que estamos tratando este mes: el orden. Por supuesto, eso no se queda ahí. Tener poder es algo amplísimo, que es impacto e influencia en ti y en otros. Es una buena noticia.
«Vale, y cómo lo hago»
Depende de adónde quieras llegar. Si quieres tener poder en tus finanzas, te puedo decir que comiences por la sección de finanzas Dévé. Si quieres acompañamiento en un proceso en el que prefieres ganar tiempo y tranquilidad, contáctanos. Pero lo que sí te diré con seguridad es que leas Dévé regularmente, porque esta revista es simplemente genial.
Deja que comiencen los buenos tiempos.
Imagen: Javier García