Lo que hace que los buenos empleados* se vayan es, muchas veces, tú. Tú como jefe. Errores de conducta de los de arriba. Esto es como en las relaciones de pareja: hay comportamientos que decepcionan a los empleados de una empresa, o a los trabajadores de tu equipo.
No solo los jefes observan a los empleados, los empleados también observan a los jefes. Y si son buenos empleados, sabes —has leído la conversación sobre liderazgo del número anterior, así que lo sabes— que un buen camarada es responsable, además de obediente. La salida de un profesional no es algo que se decide en un día. Si hablamos encima de los mejores, hay que saber que irse es una decisión difícil de tomar. Normalmente los mejores empleados tienen un gran sentido de la lealtad. Si deciden irse es porque la decepción es seria. Piensa en lo difíciles que son los divorcios.
Contemos con que les estás pagando como es debido. No se van por el salario:
Eres un mal jefe. Tendremos que hablar de las cosas que hacen que un mal jefe sea un mal jefe, pero básicamente son las que los malos jefes no admiten y las que hacen que la gente no soporte el puesto en el que están: un comportamiento manipulador, faltas de respeto, mala comunicación, pobre establecimiento de expectativas. Egolatría, etc. Si los tuyos —los buenos— no pueden hablar libremente contigo, algo temen. Y si algo temen, normalmente es a ti.
Frustración. Overqualificacion or Underqualification. Cuando las capacidades de quien ocupa el puesto son (o se ven) muy superiores al puesto en sí, uno se siente desperdiciado. Los hay que piensan que es el profesional el que debe adaptarse al puesto. Sí y no. Un puesto también debe ser algo que rete al profesional a desarrollar sus capacidades. Si llega un momento en que quien trabaja deja de verle el sentido a lo que hace… mal asunto.
Laxitud (def: abandono, dejadez). Básicamente, cuando las cosas no se hacen bien. Bien porque haya falta de seguimiento por parte de quien dirige, o porque se falle en establecer motivos, fechas límite, un protocolo de actuación en caso de duda. Normalmente a los buenos empleados les gusta lo bien hecho; si en la cultura de la empresa o del equipo no está el sentido de hacer las cosas bien, los buenos profesionales se desmotivan.
Mal ambiente. Una buena profesional no se va porque su compañera de equipo sea una pesada e insoportable, sino porque esa compañera pesada e insoportable (que todos saben que es una incompetente) pueda hacer lo que le da la gana y el jefe se las pase todas. Y para más inri, que los demás tengan que hacer su trabajo porque ella lo deja sin hacer y claro, esto hay que hacerlo en equipo. Actitudes fuera de la ética de trabajo toleradas para unos y no para otros, falta de orden… no hace falta que sigamos. Esto está relacionado con el punto anterior.
Robo de la vida. Tengo varios amigos que se cambiaron de trabajo porque preferían un sueldo inferior pero más tiempo, a tener más salario pero no poder construir una vida con ese salario porque no les quedaba tiempo. Time is money. “Pero lo primero son mis clientes”, dirán algunos. Eso, sin nada más, quedó atrás: antes del cliente externo va el interno. Nadie quiere ser un robot del que solo se espera que produzca y produzca.
Si no se pueden ir porque ahora mismo no vean otra alternativa, es probable que estén leyendo el artículo de Catalina sobre cómo combatir el burnout cuando las vacaciones están lejos o no pueden cambiar de trabajo. Pero antes de que creas que el artículo de Catalina amortigua los efectos de un liderazgo pobre, diré que hasta Mark Zuckerberg insiste en que trates bien a tu equipo… no vaya a ser que después de leer Dévé usen tu internet para buscar trabajo en otro sitio. Y créeme, en Dévé si vemos buenos profesionales descontentos con su puesto que se quieren cambiar… somos más de apoyarles.
*Estamos hablando de los buenos empleados. Si tuviéramos que hablar de los malos, quizá hubiera que hacer un artículo llamado “cómo hacer que los malos empleados se vayan y no tenga que echarlos yo”, pero esto no es el tema de hoy. Además, me consta que un artículo así no hace falta ¿O sí? Contadme
Imagen: Ilustración de Nathalia Rodríguez © DÉVÉ