«¡Yo quiero vivir! ¡Con lo duro que trabajo! Este sueldo me lo he ganado. Es suficiente para pagarme todas mis facturas, cenar fuera, disfrutar, viajar —o para pagarme mis gastos porque no tengo facturas que pagar— y no tengo ataduras. No me digas que ande haciéndome presupuestos porque no tengo por qué hacerlo. Quiero vivir.»
«El dinero está para gastar», te hubiera respondido mi abuela.
Mi abuela tenía razón, ojo. Aunque el matiz es lo que hoy es mi lema a día de hoy: «tu dinero está para ser tu servidor».
Quién no ha querido tener ese «árbol del dinero» tan famoso en los 90. Soñar es gratis. Lo sé, hay mucha gente que se resiste a la idea de ahorrar y hacerse presupuestos porque eso es demasiado restrictivo. Pero piensa: a nadie, por mucho dinero que crea tener, le gusta la sensación que da ver que ha perdido 10 euros, o 50 dólares en la calle. A nadie le gusta la sensación de saber que ha perdido 2 años de su vida con un ex. Con esto quiero decir que el concepto no es el «coste de oportunidad», sino el enfocarte en lo que quieres. Hay formas de gastar que implican que tu dinero te está sirviendo a ti, y otras que implican que tú estás sirviendo a tu dinero.
Además, no es lo mismo saber por dónde se va el dinero que llegar a fin de mes y preguntarte por dónde se te fue. Un dato: hasta Elon Musk, que quiere vivir, maneja sus finanzas. Seguramente no a nivel minorista como los que hacemos presupuestos y hemos decidido hacernos buenos con el dinero en tres meses (se volvería loco); tendrá varios gestores, pero al fin y al cabo, sabe de dónde le entra el dinero y por qué vías se le va.
Pero bueno. Tú ya tienes esto en cuenta. Tienes dinero, no te llama la idea de «ahorrar» y «hacerse presupuestos» porque te suena limitante, tú quieres vivir, sin que se te vaya la vida. O no tienes mucho dinero; ahorras, pero quieres vivir igualmente. Quieres estar en equilibrio. ¿Sabes? Hay formas amables de cuidar tu dinero sin mirar los números. Deja que te hable de lo que funciona:
No te creas todo lo que ves en Instagram. O por la calle. Hay mucha vanidad.
O postureo. Will Smith dijo que «gastamos dinero que no tenemos para comprar cosas que no necesitamos para impresionar a gente que nos cae mal». O a gente a la que no le importamos nada, me permito añadir. Actualmente es fácil caer en comparaciones con los demás, y en sentirse extraño por no viajar tanto como ese contacto tuyo, el que pone en internet decenas de fotos de su vida guapa en cada lugar más exótico que el anterior. Vive como hayas decidido vivir, pero no aspires a algo porque otros aparenten tenerlo —ojo, digo aparenten: ¡anda que no hay gente que se compra un bolso de 300€/alquila el coche de 80.000 solo para hacerse la foto y devolverlo el día siguiente!—. Y si te enerva lo que ves de esa persona que sube tantas fotos, deja de seguirla. Y sigue la cuenta de Dévé. Cero estrés.
Pero ya que vas a comprar, que sean cosas de buena calidad, buenas herramientas.
Si quieres vivir sin pensar tanto en eso de ahorrar y hacer números, es mejor menos pares de zapatos, pero buenos, que muchos pares de zapatos malos. Aunque es verdad que hay gente que tiene muchos zapatos por la variedad en sí, no por el uso. Una camisa de mejor calidad te ahorra tiempo de plancha y a la larga tener que andar renovando camisas tanto. Pero también esto se aplica a un ordenador, o un cargador —que se rompe antes si es una réplica cualquiera que si es el original—. Del móvil no hablo: en esto yo lo tengo muy claro. Lo que es herramienta de trabajo o de vida, mejor que te facilite la vida.
Vive dentro de tus medios.
Respétate. Lo que puedes comprarte, te lo compras; lo que no, no. Tu vida no va a peligrar por ello. Tus amigos te seguirán queriendo y el sol saldrá mañana.
Júntate con gente de hábitos convenientes, o hábitos que te ayuden en tus objetivos.
Probablemente te interese juntarte con gente que es más de hacer rutas de senderismo los sábados, o de salir a correr los martes —con los que quedas y te lo pasas bien sin la necesidad de gastar dinero— que salir siempre con esa persona con la que no puedes quedar sin que se te vayan 50, porque si no es para ir a ciertos planes, no sale. De verdad, hay gente que sale muy cara. La calidad de una persona no está en el dinero que te gastas cuando estás con ella.
Llévate bien con tus amigos, familia. No todo es dinero.
No todo es hacer regalos para compensar la ausencia. Hay vida más allá de gastar dinero. Piensa en el valor del tiempo: a la hora de la verdad, es más valioso que el dinero.
Pon tu dinero a trabajar para ti.
Los hay de tener objetivos a medio plazo, pero no pueden tener el dinero en la mano porque se les va. Siempre hay algo. Y la idea de ahorrar secamente les sabe sosa. Hay fondos de ahorro, planes de inversiones, acciones, inversiones, compra de patrimonio, hacerte socio de una empresa que veas que están fundando y te gusta la idea…
La idea es enfocarse en la calidad de vida.