Hay ciertos “dogmas” que se repiten sin cesar en el mundo de las finanzas, y que no son ciertos, porque una mentira no se convierte en una verdad por mucho que la repitas.
Hay que tener en cuenta que estos engaños no siempre son explícitamente mentiras, a veces se amparan en ambigüedades o dobles sentidos. También algunas de estas “mentiras” son creencias que surgen del desconocimiento.
Esto es una recopilación de cosas que he oído muchas veces en mi carrera, que a día de hoy sigo oyendo, pero que me gustaría dejar de oír.
Empezaremos por una creencia que es un clásico:
“Donde mejor está es debajo del colchón, que no quiero perder dinero”
Para todo el mundo que piense así o que haya dicho esto, le traigo una mala noticia, si dejas tu dinero en cuenta corriente o debajo del colchón, estás perdiendo dinero año tras año, concretamente el año pasado perdiste alrededor de un 1,2%, el anterior un 1,1%, y así todos los años.
¿Por qué? Por la inflación, ella es la que hace que las cosas cuesten cada vez más. Por ejemplo, en el año 90 con 10.000.000 de pesetas (60.000€) te comprabas un piso en Madrid, hoy, con ese dinero, te compras una plaza de garaje. Eso es la inflación, el dinero cada vez tiene menos valor.
Así que no hay que engañarse, todo el dinero que no estás haciendo que se rentabilice por encima de la inflación, está perdiendo valor. El riesgo de perder dinero en una cuenta corriente o debajo del colchón es 100%, porque año a año cada vez vale menos.
“La renta fija tiene menos riesgo que la renta variable” /“La gran mentira de la renta fija”
La primera mentira va en su nombre, los productos de renta fija, como pueden ser los fondos de inversión de renta fija, no tienen una rentabilidad fija, ni si quiera tienen por qué tener un garantizado.
La segunda mentira asociada a la renta fija es una frase que todos hemos oído: “la renta fija tiene menos riesgo que la renta variable”. Mentira. Si entendemos por riesgo la posibilidad de perder dinero, hoy en día es mucho más probable tener rentabilidades negativas en un buen producto de renta fija que en un buen producto de renta variable. Y más si tenemos en cuenta lo explicado anteriormente sobre la inflación, puesto que los productos de renta fija rara vez superan la inflación.
Matizo lo de “buen producto” porque en un mal producto, sea del tipo que sea, lo más probable es perder dinero.
“Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”
Esta frase entra en la categoría de las ambigüedades de las que hablaba al principio. Se usa mucho en los bancos cuando un cliente quiere cambiar su dinero a un producto que históricamente ha sido mucho mejor que el que tiene en el banco.
Es verdad que un fondo que lleva diez años dando una media de un 10% anual, puede perder al año siguiente, pero también es verdad que es más probable que gane a uno que lleva 10 años perdiendo.
Voy a poner un ejemplo: hay dos estudiantes, A y B. A lleva una media de 9 y B una media de 5. Es cierto que para el próximo examen no sabemos quién ha estudiado más; pero si tuvieses que apostar por cuál de los dos sacará más nota en el próximo examen, ¿por cuál apostarías? Por A, ¿verdad?
Las rentabilidades pasadas no me garantizan las futuras, pero dan una buena base para saber qué irá mejor en el futuro.
“Los Planes de Pensiones son para tu pensión”
No, los planes de pensiones son una inversión a largo plazo del estado. Voy a poner un ejemplo muy sencillito para ver esto que digo:
Vamos a suponer que aportas a tu plan de pensiones durante 20 años un total de 100.000€, y te da de rentabilidad otros 100.000€. Es decir, tendrás 200.000€.
Cuando saques el dinero te llagarán a cuenta 114.000€, si le sumamos lo que has ido ahorrando en impuestos (29.000€), tendremos que en total has obtenido una rentabilidad del 43%.
El Estado habrá dejado de ingresar durante esos 20 años, los 29.000€ que tú no has pagado de impuestos, pero, finalmente, obtendrá 86.000€. O sea, el estado habrá tenido una rentabilidad del 197%. Es decir, casi 5 veces más rentabilidad que tú.
¿Quién ha hecho mejor inversión, el Estado o tú?
“TIN, TAE y cómo quieren jugar contigo”.
Dentro de las rentabilidades, las ambigüedades que se usan son casi infinitas, pero hablaré sobre las dos más comunes.
Rentabilidad bruta y neta. La bruta es la rentabilidad que usan para promocionarse, la neta es la que te llega a ti. Se me ocurre más de un producto que tiene una rentabilidad asegurada del 1,6% (bruta), pero lo que le llega a cuenta al inversor es 0,10%. Por eso siempre hay que pedir la rentabilidad neta o TAE, y que te enseñen un proyecto.
Ya que hablo de TAE comentaré otro caso, TAE significa Tasa Anual Equivalente, es importante que te quedes con “Anual”. Cuando te dicen que te dan 1% TAE durante dos meses, juegan con que si no sabes que significa TAE, creerás que te van a dar un 1% en dos meses, cuando en realidad te van a dar un 0,17%. Un ejemplo claro de intentar aprovecharse del desconocimiento de los tecnicismos por parte de los clientes.
Espero que esto te ayude a que la próxima vez que oigas algo de esto, pares un segundo y reflexiones.