Conforme se acerca el 2020 (o comienza la nueva década, según cuando leas esto), la gente suele hacer sus deseos de año nuevo, esta vez con una intensidad más respetable. Por lo general los deseos son lo habitual: ejercicio, más sexo, un idioma, viajar y algo excéntrico, para quedar mejor. Pero al final el desempeño suele ser parecido.
¿Te has parado a pensar si al realizar una actividad lo haces de forma eficiente y de forma adecuada? ¿Eres consciente de cómo manejas las situaciones? Puede que éstas al final, siempre te manejan a ti. A veces damos por hecho que nuestro rendimiento es correcto y que solo existe una manera de hacer las cosas. Es sencillo estancarse en esta zona de confort cuando todo funciona aparentemente bien.
Hacerte el sordo para no escuchar lo que no te interesa y para no escucharte a ti mismo es grave, porque impedirá que puedas ejercer un cambio de mejora personal. Si no actúas estarás perpetuamente estancado. ¿Te sientes capacitado para enfrentarte a los desafíos que en el desempeño de tareas se presentan cada día? O te da miedo a enfrentarte a los problemas?
Sólo hay algo peor que tener un problema, y es no saber que lo tienes. Y peor aún es no hacer nada para cambiar.
Parece fácil decirlo, pero es importante que tengas confianza en tu forma de actuar. Y para ello es necesario que confíes en tu capacidad para pensar y entender, en tu capacidad para aprender, elegir y tomar decisiones. Esta actitud te ayudará a creer en ti mismo y elevará tu nivel de autoestima. Recuerda que la autoestima inspira nuestro comportamiento y va a influir directamente en nuestros actos.
Para ser consciente de esta fuerza motivadora que es la autoestima, es necesaria una gran dosis de atención y observación sobre la propia conducta.
Lo primero que tienes que hacer es pararte, pensar e identificar tu comportamiento y forma de desempeñar las tareas que llevas a cabo. Es necesario ser reflexivos y tener capacidad de análisis y autocrítica.
No se trata de buscar y centrarse en lo que has hecho mal, en los fallos o debilidades, ya que con ello solo serás consciente de lo que no se debe hacer la próxima vez. Esto sería una autocritica, pero negativa, y con ella solo vas a conseguir incrementar las emociones negativas que pueden llevar a un estancamiento personal y profesional.
En cambio si se enfoca la autocrítica desde un punto de vista positivo, valorando y autoanalizando la situación, puntos negativos y positivos de las actividades y comportamientos, no solo verás los fallos, lograrás aprender de los errores, podrás corregir aptitudes y minimizar debilidades de forma que se transforme la situación en una oportunidad para aprender y crecer y mejorar personal y profesionalmente. Esto es la autoevaluación: autocriticarte positivamente para transformar los errores en oportunidades de crecimiento.
Debes elaborar razonadamente un diagnóstico previo de la situación. Es necesario un proceso de introspección en el que puedas identificar por un lado las áreas de fortaleza y por otro las áreas de mejora. Debes ponderar ambas y extraer las conclusiones convenientes y actuar en consecuencia.
Áreas de fortalezas son aquellos aspectos o aptitudes en los que destacas por ti mismo, por tu excelencia en todos los aspectos (planificación, gestión, etc.). Las áreas de mejora se refieren a aquellos puntos débiles en los que te tienes que centrar trabajar para mejorar. Tu objetivo debe ser aumentar la eficiencia y para ello debes reflexionar sobre tus puntos fuertes y débiles para potenciar tus competencias y subsanar tus fallos
Debes tener en cuenta todo, en lo que destacas y en lo que no eres tan bueno como pensabas y debes mejorar.
Para ello ten en cuenta:
- Potencia tu capacidad para analizar las situaciones, conductas, acciones y pensamientos.
- Mantén siempre una actitud positiva sabiendo asumir los errores y viendo en ellos una posibilidad de mejora.
- Si es necesario, busca ayuda y comparte inquietudes profesionales de forma que el interactuar con otros te permita reflexionar y discriminar.
- Piensa que la autocritica tiene que ser positiva, para algo y para ser eficiente debes actuar, separada de la acción resulta de poca utilidad. La reflexión sobre las áreas de mejora debe ser sucedida por el planteamiento de estrategias de corrección y refuerzos de las mismas.
- Ponte pautas y rutinas para ejercitar la capacidad de pensar y reflexionar siendo consciente de las actuaciones que llevas a cabo.
- Organízate. Si logras confiar en tu mente te alejaras de las actitudes pasivas y de ser poco persistente ante las dificultades que puedan ir apareciendo. Esta habilidad se encuentra en un constante proceso de construcción y mejoramiento que es afectado por factores propios de cada persona.
- No te acostumbres ni acomodes a las situaciones. Puede que estés dejando pasar magnificas oportunidades. Aprende a cuestionarte.
El ejercicio natural de la autocrítica positiva o autoevaluación te ayudará a alimentar la autoestima de forma que para ti sea un desafío y estimulo la búsqueda de metas dignas y exigentes que te alejen de la seguridad de lo conocido. La autoestima ayuda a crear expectativas sobre qué es posible y apropiado y estas expectativas normalmente crearan actuaciones que se convierten en realidades.
Sin que te des cuenta, poco a poco mejorará tu rendimiento y serás capaz de diseñar estrategias en las que corrijas tus deficiencias de forma que te sea más fácil alcanzar tus metas.
La autoevaluación te ayudará a concretar y fortalecer tu autoafirmación, que significa respetar tus deseos, necesidades y valores y buscar su forma de expresión adecuada en la realidad. Ejercer la autoafirmación no es más que vivir de forma auténtica, hablar y actuar desde tus convicciones y sentimientos más íntimos. Es una forma de vida, una regla.