Tu cumpleaños. El tuyo, sí.
Cuando somos niños nos da alegría. Cuando nos hacemos adultos lo raro es celebrarlo. Celebrar el cumpleaños de adulto es como “de ricos” o “un privilegio”, o como “algo que en las circunstancias en las que estoy no quiero celebrar”. Pero en el fondo el cumpleaños es “El coco” de la edad adulta.
Hice una encuesta en Twitter que ya se puede considerar un estudio. Y la conclusión fue que el 40% no celebra su cumpleaños. De ese 40%, uno de cada cuatro no celebra su cumpleaños «por falta de tiempo» y los otros tres dicen que «no les gustan los cumples» . Así que absolutamente nada en ese día. Por mi parte, la última fiesta de cumpleaños a la que fui es un capítulo de una serie de Netflix. Oh, espera, era un post de instagram. Alguien decía: “¡Hoy es mi cumpleaños! Así que tienes solamente hoy un descuento en mi producto usando el código “CUMPLEAÑOS””. Por no decir que a mi alrededor la crisis del cambio de década está cundiendo como el pánico.
“¿Que por qué no celebro mi cumpleaños?
Se supone que se celebran las victorias.
¿Tengo que celebrar que tengo 60 y el tiempo ha pasado sobre mí sin más?
A mí ya no me sorprende nada a estas alturas”
Qué curioso: estamos en la era del selfie y el narcisismo está en auge, pero cuando se trata de nuestra historia y del paso del tiempo ahí, hay un paso atrás. Por un lado, la gente que hace balance de su vida y se ve a cierta edad y frustrada; por otro, gente que lleva mal el paso del tiempo. Es algo normal, sobre todo con el poco tiempo que queda tras tanto trabajo. Además de eso, a partir de los 30 hay una mezcla entre no querer llamar la atención y considerar histriónico (e “inmaduro”) hacer una fiesta por cumplir años.
“El paso del tiempo es irrelevante siempre que hagas lo que te gusta, lo que te llena, así que preguntarnos si estamos donde queremos estar puede ser un buen punto de partida”, afirma Renzo Castillo, psicólogo y ponente. Una de las razones de apatía ante el cumpleaños es el ver el paso del tiempo y frustrarse por objetivos no alcanzados. Ante eso, Renzo afirma claramente que “nos volvemos coleccionistas de experiencias ajenas, cuando el concepto de felicidad es estrictamente personal”.
Dicho así parece fácil, ¿pero qué cae en crisis ante un cambio de década? “El hecho porque las personas de Occidente entran en crisis es una consecuencia de un invento cultural. En Occidente hay un gran culto al cuerpo y la apariencia, mientras que en Oriente se valoran cosas más profundas como la experiencia y el honor”, responde Javier, psicólogo. “Aquí se desprecia a los ancianos, mientras que allá son muy valorados por sus consejos y su sabiduría”
O sea, que una cosa es dejar que la crisis caiga sobre ti y otra es seguir construyendo tu vida, ¿no?. “Cuántas personas de 50 años están mucho mejor física y mentalmente que jóvenes de 15 años que andan en adicciones, padecen obesidad, depresión, insomnio, etc.?
“Hay que aceptar que es inevitable cumplir años y no se es menos por tener 30, 40 o 50 años. No es la cantidad de años, sino la calidad de vida lo que hay que aprender a valorar”. Javier recalca en esta frase que no se pierde por ganar años si uno decide ganar calidad y control de su vida. “Y celebrar plenamente el cumpleaños viendo las cosas como realmente son, eliminando así conceptos erróneos que generan complejos innecesarios”
¿Algún consejo?
Celébralo. Aunque sientas la frustración, celébralo. Y si alguien te felicita o te da algún detalle, agradécelo porque esa persona te valora. ¿No crees que es algo bueno que te valoren incondicionalmente? Celebrar algo es una forma de que no pase delante de tus ojos sin pena ni gloria.
Para celebrarlo no necesitas una fiesta. Puedes tomarte algo con tus compañeros o tus amigos y decir “Hoy es mi cumpleaños”. O hacer algo especial por ti. Déjate querer un poco, anda.
Si estás en crisis y nada de lo que te digan te alivia, puedes contar con ayuda profesional. Habla con nosotros, entre nosotros hay coaches y psicólogos y sabemos cómo ayudarte.
Quítale hierro al asunto, de verdad. Cada día por encima del suelo es un día grande.
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