El poder de escuchar (escuchar de verdad). Es curioso que un poder tan grande nos parezca a día de hoy tan difícil… cuando en realidad, es más fácil que nunca.
Nunca estuvimos tan conectados como ahora; pero es justo en este momento, en el cual tenemos las comunicaciones más ágiles y democratizadas que nunca, cuando más nos cuesta conectar. Tenemos sistemas de sonido envolvente, cascos minúsculos apenas imperceptibles que tienen un volumen bestial, altavoces que caben en la palma de la mano y se escuchan a decenas de metros pero ahora, que el sonido está a nuestro servicio, es cuando más nos cuesta escuchar.
Tenemos los mejores medios de transporte, multitud de sistemas de desplazamientos pero ahora, que la distancia ya no es un problema, es cuando más nos cuesta llegar.
Nos quitan el móvil, el ordenador, los cascos y los altavoces… y entonces no sabemos escuchar. No sabemos aparcar la tecnología para centrarnos en las personas. No sabemos estar solamente en el sofá. No sabemos estar solo con una persona. No sabemos, no, y deberíamos hacer memoria antes de que la tarjeta se nos llene, compremos una nueva y eso caiga en el olvido.
No podemos vivir en una oficina constante. Somos algo más que profesionales, somos personas y deberíamos actuar como tales. Tenemos que pararnos y escuchar a quienes nos rodean. Saber de verdad cómo se encuentran. Entender lo que les preocupa para poder ayudarles.
Quizá nunca te has parado a pensarlo así, pero eres el mejor libro de autoayuda que una persona puede leer, la mejor charla que puede escuchar, el mejor tutorial para solucionar su problema, la master class más reveladora a la que puede asistir… porque lo mejor que le puede pasar a una persona es otra.
Ahora que sabes lo verdaderamente influyente que puedes ser deberías actuar en consecuencia. Lo que tienes que hacer es fácil: escuchar. Algo que todos nacimos sabiendo hacer pero que, al crecer, hemos olvidado por completo.
Escuchar es muy fácil, tanto que el oído no viene con manual de instrucciones.
Pero, te facilito unas pautas que te ayuden a reiniciarlo y poder utilizarlo cuanto antes:
- Apaga o silencia todos los aparatos electrónicos y déjalos fuera del alcance de tus manos.
- Siéntate cerca de esa persona.
- Sonríe.
- Pregúntale por su día, interésate por su rutina, no muestres prisa y deja que se desahogue.
- Muéstrate comprensivo, ponte en su lugar.
- Dile lo que piensas pero no intentes imponer tus ideas, sugiere, propón…
- En los días y semanas posteriores interésate por la evolución de aquello que habéis tratado en la conversación.
Este procedimiento, que es lo que nos gustaría que hiciera el departamento de atención al cliente cuando un usuario se pone en contacto con ellos, es el que deberíamos tener con nuestro entorno.
Nuestros padres, hijos, pareja, amigos, compañeros de trabajo… las familias, las relaciones sentimentales y los departamentos de las empresas, irían mucho mejor si todos actuáramos así. No creo que sea una inversión tan costosa que no nos podamos permitir. Todos podemos sacar tiempo, aunque sea de un reloj inteligente, lo contrario es de tontos.
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