(y que no entren contigo al 2019)
Siempre hablamos de los propósitos de año nuevo, no sé si replicamos a la televisión o si la televisión nos replica a nosotros. Estos días escuché en cierta cadena que 9 de cada 10 personas abandonan los propósitos de año nuevo en cuanto empieza el año. Qué mala uva.
Pero hay gente que lee Dévé y no se conforma con tener meramente propósitos. Sobre todo porque no eres de perder el tiempo haciendo planes para no cumplirlos. La vida pierde el sentido si un año es igual al otro (con alguna que otra modificación) durante 83 temporadas. De modo que ya que estamos, hagamos que valga la pena. Cumplir los objetivos del nuevo año pasa por despejar el camino y dejar lo que no necesitas, aunque creas que sí:
Esos contactos de tu agenda telefónica que hace un año que no llamas, hace un año y medio que no te llaman —o no lo hicieron nunca— y con los que no tienes ningún tema de conversación.
Y no lo tendrás. Quizá os conocisteis en algún evento de networking o de solteros, os intercambiasteis los teléfonos y no se mantuvo el contacto. Ahora, muchísimo tiempo después, tu subconsciente experimenta sentimientos de frustración por ver que hay algo delante de ti que no vale para nada realmente. O miras tu lista y dices “Quién es Rebeca”. Rebeca es la que agregaste no se sabe cuándo no se sabe dónde. Bórrala, sin miedo. Esos contactos pueden seguir en tu LinkedIn o en tu Facebook o donde sea. Si tenéis que retomar el contacto siempre existirá el encontrar una excusa para recuperar el número (o ni falta haga). ¿La prueba del algodón? Si puedes llamarle, puede quedarse.
Esas cuentas de Instagram que no aportan nada a tu vida. Bien porque te hacen sentirte mal o porque sus fotos son feas. O esos canales de Youtube que solo te incitan a gastar.
Sentirte mal va desde sentirse inferior a la instagramer de vida editada hasta poner cara de “Mira esta, qué se cree”, pasando por “Cómo puede subir esto, qué patético”. Los autores de esas cuentas no te pagan por seguirles; si quieres optimizar tu nuevo año y que tus objetivos se cumplan, cuantos menos impedimentos mejor. Lo mismo sucede con los contactos de las redes sociales. Hay muchas opciones actualmente para liberarte: dejar de seguir, darte un respiro, eliminar… sienta genial. No necesitas que desde fuera te inciten a sentirte inseguro y necesitar comprar para sentirte a la altura. ¿Para qué exponerte?
La gente con la que hay que dejar de quedar.
Sólo tienes el presente. No malgastes energía.
Ropa. Esa ropa que tienes por si acaso.
A ver, vamos a pensar una cosa. Si quieres un año diferente, tendrás que tomar actitudes diferentes que creen seguro un estilo de vida diferente. Un estilo de vida diferente puede desencadenar una imagen diferente, y por ende, te convenga más una forma de vestirte que difiere de la que te ha definido hasta ahora. Así, dicho de forma muy diplomática. Hay prendas de vestir que no te ayudan a ser la persona que quieres ser. Gran valor sentimental, vale, pero ha pasado mucho tiempo, no te las pones desde hace más de un año. Si no te pones ese jersey es porque no has visto motivos para ponértelo, por algo será. No te ayuda. Sobra. Let it go. No al fondo del armario: a la basura.
Maneras que se interponen entre tu éxito y tú… A veces tu propio enemigo eres tú.
Quedar con una mujer a la que quieres conquistar y en vez de ser un buen conversador, sacar el teléfono delante de ella y entretenerte. Andar dejando barriga caer, la cabeza hundirse, los pies yendo de cualquier manera, hablar de cualquier manera, no mirar a los ojos… son conductas involuntarias que dan una imagen que sí, dirás que no te define, pero no ayudan a que la gente se interese por ti. Hablar demasiado también te hace tu propio enemigo, al igual que oír para reaccionar en cuanto crees que ya has oído suficiente. Hay maneras que muestran falta de respeto y alejan a la gente de ti. O esos hábitos que sabes que no te ayudan, pero siguen contigo.
Los objetivos de año nuevo que repites año tras año y nunca cumples.
Eso incluye esos libros que dijiste que ibas a leer, la lista de películas de 2017, o los propósitos que no se cumplen porque no salen de ser meros deseos. Sustituye “Adelgazar” por “pesar 8 kilos menos en 3 meses”, por ejemplo.
Básicamente la idea es hacer limpieza y comenzar una nueva etapa de la forma más ligera posible. Es hora de usar el papel y ver qué es lo que realmente quieres, cómo vas a lograrlo y con quién vas a contar.