El ser humano, entre otras muchas cosas, es acumulador por naturaleza. Unas veces, “por si acaso”; otras, por pereza y, más de las que debería, por recuerdos. No me refiero solo a cosas materiales, sino también a compromisos, a relaciones o a información. Esto nos hace menos libres, son “cargas” que provocan que sintamos como si pesáramos más. Si sigues leyendo, aprenderás cómo con menos, te sentirás mejor.
Parece que tener una casa más grande o un coche más caro no tiene por qué hacernos más felices y, es que “lo que posees acabará poseyéndote”, ya nos lo dijeron hace años en “El club de la lucha”. Por eso, el minimalismo vital o streamline nos facilita la vida, nos la aligera. Hay quienes afirman, como la autora de Simplifica tu vida, Elaine Saint James, que la mantenemos complicada para no tener que cambiarla. Claro, es que eso es lo que más miedo nos da, diría yo, pero con estos pequeños gestos, podemos hacer grandes cosas para alcanzar una mayor libertad. No en vano, se trata de vivir solo con lo necesario. La clave es ser más consciente en tu forma de consumir bienes, información, etc. Hacerlo no solo te generará beneficios directos a ti, sino a tu entorno y al planeta. Piénsalo. Además, suele ocurrir que cuando ves que no solo puedes vivir con menos sino que vives mejor, te das cuenta de que la felicidad está en ti, que no te la va a dar nada ni nadie externo.
¿Por dónde empiezo?
Según Pedro Campos, autor del libro La vida minimal. Cómo vivir ligero en un mundo pesado existen 3 capas en el minimalismo. La primera es tener menos cosas; la segunda, menos deseos y la tercera; más desapego. Así que un buen principio es seguir ese orden, aunque una cosa casi lleva a la otra.
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Obviamente, para empezar debes tener claro que realmente quieres hacer ese cambio en tu vida, para que seas todo lo honesto que se necesita a la hora de modificar hábitos. Una vez que ya lo tengas claro, debes definir tus prioridades, ¿qué es lo que realmente te hace feliz y qué es lo que tienes que hacer para conseguirlo? Nadie dijo que fuera fácil, pero si no lo intentas… Una vez que sabes esto, debes prescindir de aquello que te impide llegar a esos objetivos. Por ejemplo, si eres de los que prefiere tener más tiempo que más dinero, tal vez, te convenga trabajar menos horas, pidiendo una reducción de jornada, si fuera posible o, mudarte a vivir más cerca de tu empleo para reducir el tiempo de los trayectos y, de paso, ahorrar. No creas que es ninguna locura, este es un fenómeno que ya tiene nombre, downshifting que, literalmente, significa reducir la marcha y, habla de eso, trabajar menos para vivir más.
Una vez hecho esto, el siguiente paso puede ser priorizar las tareas de cada día en función de esos objetivos a nivel general que quieres alcanzar. De esta manera, quizá, puedas deshacerte de ciertas ocupaciones o si no, al menos, delegarlas.
Simplificando espacios
Si atendemos al principio de correspondencia de El Kybalion, nuestro espacio exterior refleja nuestro interior. Así que si simplificamos nuestra casa, podremos seguir avanzando hacia una mayor libertad y, en consecuencia, un mayor bienestar.
Puedes comenzar con tu habitación o el lugar donde más tiempo pases, separando lo que sí usas de lo que no. Si llevas más de un año sin utilizar algo, quizá sea el momento de tirarlo o regalarlo. Como suele ser una labor algo tediosa, puedes ir organizando un ratito cada día cada uno de los espacios: los armarios, la cocina, etc. Teniendo siempre presente la máxima de que es más importante la calidad que la cantidad y que, por ejemplo, si compramos alguna prenda de ropa será para sustituirla por otra que ya tengamos. Para esto es importante, practicar el desapego.
No hace falta demasiada explicación, cuantos menos objetos en tu vida, menos tiempo tardas en limpiarlos o encontrarlos, los tendrás más a mano. Todo esto te deja más espacio mental, al no tener que estar pensando dónde habrás puesto tal o cual cosa, así te agobias menos y te queda más tiempo libre para dedicarlo a lo que realmente te llena. De esto sabe mucho Marie Kondo, autora de La magia del orden, quien explica ampliamente su método para acabar con el caos en tu casa, dejándole espacio solo a lo que te haga feliz.
Por cierto, para simplificarte la vida a la hora de elegir tu look y también mantener ordenado tu armario, existe el proyecto 333. Es un reto que ha nacido en internet y te invita a vivir cada 3 meses con las mismas 33 prendas y accesorios. No se incluye la ropa interior, el pijama o la de deporte, pero sí el calzado y los abrigos. Tampoco alguna joya que lleves siempre o el reloj. Ya en los años 70, Susie Faux, propietaria de una boutique en Londres llamada Wardrobe, inventó el término “armario cápsula” para referirse a una selección de prendas básicas que nunca pasan de moda y después añadir piezas de la temporada en la que nos encontremos.
Decir “no” también libera
A todos nos pasa que acudimos a compromisos y hacemos favores por miedo a que quien nos lo pidió cambie su opinión sobre nosotros, pero está demostrado que si haces las cosas siguiendo lo que de verdad sientes, los demás lo entienden y aprecian tu autenticidad y sinceridad. No tienes por qué, pero de una forma asertiva, puedes explicarles brevemente tus razones para no acudir o no hacer tal o cual favor que te hayan pedido e, incluso, si no quieres que sea un “no” demasiado rotundo, puedes ofrecerles una alternativa. Hacer esto te deja tiempo para dedicarlo a lo que de verdad desees, otro de los puntos importantes para sentirse más libre, poder elegir.
Este “no” también es aplicable a las redes sociales y, en general, a los estímulos tecnológicos. Trata de dejar a un lado tu teléfono, ponte un horario para chequear el correo o las redes y respétalo. A veces, se produce una sobrecarga de información que nos resta demasiada energía y hace que parezca bastante absurdo desaprovechar tiempo en internet, en lugar de estar, por ejemplo, dedicándotelo a ti mismo.
Elige el motivo que más te resuene a ti
Por supuesto, ni aquí están todas ni tienes por qué seguir cada una de las recomendaciones expuestas, el minimalismo, como ya te habrás dado cuenta, es mezcla de muchas filosofías y, cada cual puede sentirse más identificado con unas afirmaciones o con otras, se trata de que, efectivamente, encuentres la que más vaya contigo y reduzcas tu equipaje vital para viajar más ligero por la vida.